Gotas de sangre (Parte 5)




La esquivé con solo un segundo de diferencia antes de que sus colmillos penetraran mi garganta. Respiraba agitadamente por el miedo que sentía. No la podía ver. Pero sabía que seguía allí, en alguna parte ella estaba escondida esperando el momento justo para atacar. Pero poco me importó cuando descubrí que los inocentes ojos de la niña me miraba en busca de auxilio. La culpa se alojó en mi corazón y este la bombeaba a través de todo mi ser. Después de un parpadeo me encontraba junto a la pequeña, aunque antes de que la pudiera siquiera tocarla algo con una fuerza brutal me derribó. Era Ángela, sabía que era ella. Pero tenía casi quinientos años, lo que implicaba que era más veloz y fuerte que yo.Me giré desesperado por la seguridad de la pequeña y descubrí que esta se encontraba en su lugar. Fue cuando noté algo de vital importancia. Ella era la carnada. Ángela estaba jugando con migo como un gato lo hace con un ratón. Y en este caso yo era el ratón.
-Vamos cariño, sé que eres mejor que eso...
Su voz provenía de todas direcciones, lo que me hizo dar cuenta que estaba corriendo en círculos para que no pudiera detectar su punto exacto. No podía verla, pero la sentía en todas partes. Ella querí
a jugar, entonces jugaríamos.
Me erguí y traté de volver hacia la pequeña pero nuevamente me arrojaron a quince metros de distancia. Sin embargo algo había sido distinto. Entonces comencé a sentir un punzante dolor en mi brazo izquierdo. elevé la vista y descubrí una gran estaca de madera que atravesaba mi brazo. Sin pensarlo la arranqué de un tirón y un alarido de dolor viajó en el aire. La risa que antes me había parecido musical ahora me daba escalofríos y penetraba mis huesos. Era peligrosa.
Así que así funcionaba el juego... Cada vez que me acercaba para ayudar a la niña Ángela daba un golpe más duro que el anterior hasta, seguramente, matarme. Apreté los dientes ya que la sed no había desaparecido y me sentía extremadamente seco. ¿Qué se suponía qué debía hacer?
-¿Atacas y te escondes? ¿Tanto miedo te provoco? Sinceramente es el peor de tus juegos. Sabes que podrías hacerlo mejor, aunque pensándolo bien lo dudo mucho...
En el momento en que intentaba pararme me embistió arrojándome de nuevo al suelo e interrumpiéndome. Tosí para sacarme el polvo de los pulmones y reí para provocarla.
-En serio das pena.
-Algo que nunca vas a entender es que soy la caja de Pandora.
Sentí su cálido aliento en mi rostro y en sus ojos vi como su demonio se aceleraba cada vez más con la situación. Acto seguido me tomó del brazo herido mientras un nuevo alarido de dolor se producía en mis cuerdas vocales. La herida no había sanado todavía ya que se había producido con madera y esta retrasaba notablemente mi metabolismo antinatural. Pero me dí cuenta de algo que Ángela había pasado por alto, aún tenía la estaca en mi otra mano.
Me arrastró hasta estar junto a la pequeña quien parecía que iba a desmayarse en cualquier momento. Ap
reté los dientes y el nerviosismo se apoderó de mí.
-¿Quieres algo diferente? Entonces lo tendrás.
Tomó con violencia la muñeca de la niña mientras me mantenía inmovilizado en el suelo. Nunca despegó sus ojos de los míos. Con uno de sus alargados colmillos abrió un pequeño tajo en su piel y la acercó hacia mí. Sentí el dulce olor de su sangre y cómo mis colmillos se excitaban aún más y se alargaban a una velocidad alarmante. Todas mis venas ardieron al mismo tiempo. Dejé de respirar. No iba a matarla, no iba a hacerle daño, tenía que controlarme como fuera. Traté de moverme pero Ángela era demasiado fuerte para mí.
-Vamos... Solo prueba.
Dejó caer una gota de sangre en mis labios y sin poder evitarlo los lamí con desesperación. No sé con que fuerza pude detenerme y pensar que era la niña que quería salvar. Pero lo hice. Me detuve.
-Como quieras, más para mí.
Ángela llevó a su boca la diminuta muñeca abierta y la pequeña gritó y lloró del dolor. Tenía que ayudarla.
Si dios existiera estoy seguro de que fue él quien me ayudó a mí en ese momento...
Quien sabe de donde saqué la suficiente fuerza como para sacarme a la vampiresa de encima y sin mirarla clavarle la estaca en su corazón.
-Nunca fuiste buena observadora....
Su muerte fue ca
si instantánea. Luego de unos treinta segundos sus ojos quedaron vacíos y su piel había perdido el color. Me detuve a observarla durante unos segundos pero el olor a sangre me recordó que la niña estaba herida.
Al mirarla el alma se me cayó a los pies. Estaba blanca como el papel y apenas respiraba. Era uno de sus últimos suspiros. Alarmado mordí mi muñeca mientras tomaba con cuidado su cabeza y la ponía en una posición para que pudiera beber mi sangre. Ángela me había enseñado la forma de curar y la forma de conversión. Eran casi iguales pero si la niña moría con mi sangre en su sistema despertaría como vampiresa...
La pequeña bebió con ganas y de un segundo a otro murió...
La sostuve mientras mis lágrimas caían en sus mejillas ¿Qué había hecho? Pasaron las horas y nada pasaba... Estaba a punto de levantarme cuando la pequeña de tirabuzones rubios se despertó dando una bocanada de aire. La acaricié para que se calmara y tuve éxito. Sus ojos me miraban, pero no con miedo, sino más bien parecía agradecida.
-¿Como te llamas pequeña?
-Molly...-Su voz era dulce y tierna.
-Bienvenida Molly...









Espero que haya gustado! Opinen que todo sirve!!!!

2 Gotas de agua:

Freak dijo...

ME ENCANTÓ! Pero ojo, tené cuidado con los tiempos... Si vas a hacer esto para el concurso, decile a tu profe que te ayude con los tiempos, que es algo re difícil de manejar u.u Me encantó, te quedó muy bien hermosaaaaa :)

Leo dijo...

Buenisimo Val!!! me encanto!! soy nuevo en historias cortas jajaja pero esta buenisima!
me quedo con ganas de leer mas jajajjaa besos y segui asi!!!!

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