The Moon and Water (Parte 2)

-Vamos... Persival no es la persona mas paciente del mundo..
Gina tenía razón, Persival era una persona obstinada, poco paciente y sobre todo gozaba de su poder.
En la manada él era el macho alfa, y gracias a ello nadie podía desobedecer sus ordenes. A no ser que alguien lo enfrentara e iniciaran una b
atalla a muerte él seguiría siendo el "rey" de lo que apodó familia. Pero en opinión personal, no lo parecía en nada, las personas vivían con miedo y muy pocos licántropos pertenecían a su círculo de confianza. A demás de sus tres esposas habían tres macho más cuyos nombres y rostros desconocía.
Apenas una de las cosmisuras de mis labi
os se alzó en dirección de mi acompañante, por suerte esta la captó y tomó mi mano con suavidad....Su tacto era caliente como si sufriera altas temperaturas de fiebre, por otro lado yo me sentía tan fría como un trozo de mármol. Con ambas manos unidas Gina me dirigió hacia el noroeste a través de la espesa vegetación que parecían terroríficos brazos tratando de aferrarse en mi ropa. Trate de hacerles caso omiso y mantuve la vista al frente mirando hacia la nada, si no pasaba este rito, estaría sola y nadie me ga
rantizaría seguridad...
Desde que había conocido a algunos miembros de la manada había descubierto que los hombres-lobo no eran los únicos seres sobrenaturales que existían... y no todos eran amigos. Si se enteraban de que una loba recién iniciada y sin, casi, ningún conocimiento sobre el tema, estaba muerta. No podía permitirme ello, debía pasar la caza. Aunque me aterraba lo que debía cazar ya que según Persival era una sorpresa...Él
amaba los juegos, y no siempre eran buenos... Sinceramente no quería matar a nada y menos un indefenso animal, y había sido vegetariana hasta el día del cementerio. Luego de la mordedura que había hecho que mi vida diera un giro de 360º, no podía dejar de comer grande cantidades de carne.
Un dulce aroma, casi empalagante, comenzó a llegar a mi desarrollado olfato mientras me nublaba la cabeza, casi hipnotizándome. Me sentía como una serpiente siendo seducida por su flautista... Gina me dio una leve sacudida y me devolvió a la realidad, Esos segundo me parecieron una eternidad.
Ahora el paisaje estaba tornandoce más montañoso y rocoso, mi acompañante soltó mi mano para demostrarme donde debía pisar pa
ra no resvalar por la ladera de una pequeña montaña en la cual nos encontrábamos justo al frente.
Gina tomó carrera saltando justo en el centro de una roca saliente, para tomar un impulso lo suficientemente fuerte como para llegar cuatro metros más arriba. Increíblemente. lo logro aterrizando con suma elegancia en cuatro patas, que por el momento seguían siendo pies y manos. Me sonrió desde los casi seis metros de alto y me dirigió un ademán con su cabeza invitándome a seguirla... Tragué saliva, a decir verdad no había probado nunca hasta ese momento mis habilidades como licántr
opa y me aterrorizaba caer hacia las salientes y romperme el cuello. Tomé carrera e imité cada uno de sus movimientos. Casi lo lograba, ya sentía el contacto de la plataforma donde estaba Gina, con la yema de mis dedos y cuando estaba a punto de llegar, mi cuerpo comenzó a entregare a la ley de gravedad... Un vértigo voraz inundó todo mi estómago a medida que comenzaba a decender a gran velocidad. Pero algo tan fuerte como una presa se aferró con firmeza de mi brazo izquierdo y tiró de mi hacia arriba mientras un grito de terror actuaba independientemente en mi boca.
-Pensé que lo ibas a lograr, pero es tu primera vez, ya te enseñaré como ponerle estilo
Mi amiga me guiñó un ojo y me regaló una amplia sonrisa de consuelo. Parecía que no le había provocado ni el más mínimo esfuerzo leva
ntar un cuerpo humano con una mano.
Mi respiración estaba agitada y mis brazos temblaban. Fue entonces cuando Gina se puso seria y se acercó a mi hasta dejar menos de diez centímetros de distancia entre nuestros rostros y comenzó a susurrar a toda velocidad las siguientes palabras:
-No pude hablar antes porque nos estaban siguiendo...
Entonces comprendí el origen de ese embri
agador y dulce aroma que me había atontado
-Tenés que escucharme con atención, cuando entremos a la cueva que está un poco más arriba, prométeme que vas a obedecer todo lo que diga Persival y por favor no lo desafíes, no importa cual sea el precio de la prueba, pero cumplilo. No sé que es lo que se trae entre manos pero tiene un interés particular en vos, si fallas no se lo que puede pasar pero si eso para corré siempre al norte hasta tomar forma humana de nuevo y
esperame en la cueva de cristal, la vas a enc
ontrar, pasaré a buscarte. Pero prométeme que no no lo harás enojar.
Mi ceño se frunció y mi mirada se tornó turbia... Las cosas empeoraban cada vez más y más. Pero todavía no había respondido, y Gina estaba impaciente. Mi cabeza trabajaba a toda velocidad sin dar descanso alguno a mis neuronas. Mi compañera me tomó por los hombro y me sacudió para apurarme a que respondiera.
-Lo prometo...
Los ojos de Gina se vidriaron y me abrazó con gran fuerza y yo copié su gesto aterrorizada por lo que me esperaba...

Próxima parte el lunes... :)


1 Gotas de agua:

See See Manshando dijo...

Al fin la segunda parte! ^_^ ahora a esperar hasta el lunes... odio esperar jaja

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