The Moon and Water (Parte 6)

No podía creerlo... Ya no era yo, sino un lobo, y uno de gran tamaño... Pero ¿Por qué me había transformado antes de tiempo?No lo sabía ni me importaba. Lo único que sentía era la ira hacia Persival...
Lentamente me paré en mis cuatro patas mostrando los colmillos y gruñendo en dirección del asesino de mi padre. Solo podía pensar eso, el asesino de mi padre... Sin ni siquiera pensarlo me incliné hacia atrás para saltar sobre su garganta. Pero algo
me detuvo, Persival sonreía burlonamente aunque sus ojos no podían ocultar su sorpresa, sin embargo se regocijaba por algo... Fue entonces cuando bajé la vista y vi el cuerpo inerte de Gina respirando con gran dificultad a sus pies... Estaba herida por grandes surcos en todas direcciones, habían sido garras, de ello estaba segura. La preocupación me cegó de las actividades de los demás para tan solo concentrarme en mi amiga. Tenía un par de costillas rotas y si no recibía atención medica urgente podría terminar en algo mucho peor que un par de golpes... Debía terminar rápido, debía ayudarla.
Cuando volví de nuevo en mí descubrí como una de las negras botas de Persival se posaba sobre su cadera sin despegar los ojos de los míos. Estaba provocándome, y sinceramente ni siquiera tuve que ordenarle a mis músculos tensados que actuaran. Me sentía como una persona nueva, era liviana y extremadamente ágil y por sobre todo me dejab
a llevar por mis instintos.
Mi hocico ya estaba abierto y mis colmillos estaba preparados para perforar sin piedad... Ya estaba a menos de dos metros, menos de uno...
Persival desapareció.
Caí con gracia al suelo justo detrás de Gina que perdía la conciencia segundo tras segundo... Mi vista desesperada no paraba de observar el entorno para de
scubrir su ubicación y no tardé mucho en hallarlo. Se encontraba justo a tres metros a mi izquierda emitiendo un sonido que se asemejaba a un ronroneo de satisfacción...
-No por nada soy dueños de esta maravillosa colección...
Volví a saltar sobre él interrumpiéndolo estrepitosamente. Pero otra vez me esquivó... Era imposible, era más veloz que yo. Tenía que engañarlo, pero c
omo... Unas palabras socorrieron mi mente "Si las cosas se ponen feas, corre a la cueva de cristal" había dicho Gina. ¿Pero habría algo allí? ¿La encontraría a tiempo? ¿Cómo haría para que Persival me siguiera? Tenía que pensar rápido.
Algo que mi padre me había enseñado de pequeña era que el don de la observación era una de las cosas más importantes y destacables en una buena exploradora o artista. Tal y como era yo.
Había algo que pendía en el cuello de Persival, algo que siemp
re protegía con sus manos tocándolo frenéticamente todo el tiempo como si temiera que desapareciera. La verdad no lo sabía, pero lo único que importaba era que si lograba quitárselo provocaría que me siguiera...
-La velocidad es mi mejor cualidad.
No había salido de mi radio de visión y aún podía notar como cuidaba ese colgante... Dejé caer mis labios y tomé una pose pacífica mientras me acercaba lentam
ente hacia él , sin mostrar señales de agresión.
Persival no confiaba, y se alejaba cada paso que yo me acercaba... Sólo faltaban unos quince minutos para que la luna llena afectara a el asesino y lobo a
lfa de la manada también. Pero la paciencia era algo característico en mi. Así que me senté con cuidado en mi lugar y lo observé sin mostrar absolutamente ninguna emoción, solo me mantenía neutral... Al fin la fortuna me sonreía y Persival riendo de una forma escalofriante se acercaba paso tras paso hacia mí. Y cuando estuvo apenas a unos treinta centímetros me tomó del cuello con sus poderosas manos y me arrojó al suelo inmovilizando
gran parte de mi cuerpo. Sin embargo continué ignorándolo...
-¿En qué piensas Morgana?
Había pegado sus labios a mi oreja y su cálido aliento me produjo escalofríos. Mi rostro no se transformó. Persival se inclinó aún más y el colgante se filtró a través de su camisa y se encontraba en la posición perfecta, solo debía esperar unos segundos a que descuidara la fuerza de sus manos y huir.
Mi paciencia tubo frutos. Las manos de Persival temblaron y
fue mi oportunidad de arrancar el colgante con mis dientes mientras me escurría a través de su cuerpo. Había funcionado, tenía el colgante ahora corría a toda velocidad hacia el noroeste, siguiendo las instrucciones de Gina. Detrás de mi pude oír un grito desgarrados de furia que provenía de mi contrincante, seguido de exclamaciones ahogada
s y algunos gritos que me alentaban a correr. Persival corría detrás de mi gruñendo.
Aceleré mi paso a una velocidad que nunca creí poder alcanzar. Pronto pude escuchar el ruido de cascadas, e instintivamente corrí hacia ellas. Para mi sorpresa h
allé una cueva frente a mí, pero la cueva estaba creada por cascadas enormes externas e incontables más pequeñas en su interior que creaban de la cueva un laberinto que a luz de luna parecía cristal... Había llegado.
Sin detenerme corrí a través de las cascadas colocándome en una posición estratégica donde podía observar todo con claridad. Como lo esperaba Persival apareció respirando agitadamente unos segundos después. Pero algo captó mi atención, estaba frenético, embuelto por el pánico y sus ojos mostraban miedo e ira sin control... ¿Qué tendría de importante ese collar?
Morgana! ¡Si no me devolvés eso prometo que vas a morir con lentitud!
Atravesé la cascada donde me mantenía oculta y observé como
la multitud de amontonaba a una distancia prudente para observar los hechos. Sin embargo nadie se atrevía a interrumpir.
Un cristal del tamaño de mi puño colgaba de un extremo del negro hilo que lo sostenía. Este se balanceaba gracias a los pequeños y rítmicos movimientos que hacía con mi cabeza. Ahora era mi turno de provocarlo... Persivla no tardó nada en colocarme en su radio de visión. Sus puños se abrían y cerraban frenéticamente. Tenía miedo de que el cristal se rompiera... Pero debía confirmar mi teoría. Así que arrojé el collar sobre mi cabeza y atrapé el cristal con mis dientes. Tan solo un poco de presión y este se destruiría con facilidad... P
ersival chilló de pánico y se arrodilló, mas bien sus rodillas no pudieron sostener su peso...
-Parece que los roles se invirtieron...
Pensé con tanta intensidad que el lobo alfa capto mis pensamientos y gruñó en mi dirección amenazando con atacar. Pero mi mandíbula ejerció presión y el cristal se agrietó bajo esta. Persival chilló de dolor y relajó sus músculos... Si rompía el cristal, él perdería la vida. Sin pensarlo, mi mandíbula se cerraron con todas sus fuerzas y un último grito se desprendió del asesino de mi padre. Los pequeños trozos de cristal lastimaron mi boca y de inmediato hundí mi hocico en la helada agua tiñiendola de rojo. Pero eran apenas unos rasguños. Me dí la vuelta temerosa de encontrar a Persival de pié y descubrí que su cuerpo s
e encontraba callado e inerte... Su pecho estaba quieto y su piel se había tornado de un gris desagradable.
Una alegría cobró mi ser. Ya no iba a causar más daño. Pero algo derritió era alegría reemplazándola por miedo. Gina.
En medio de los victoreos de la multitud corrí de nuevo al punto inician y estas exclamaciones se acallaron al comprender lo que sucedía.
Una mujer de edad mayor estaba curando las heridas de mi amiga, y esta lucía de mejor aspecto.
Un lamento y algunas lágrimas brotaron de mi interior, mientras la anciana cuidaba de ella.
-Fue muy valiente al intentar enfrentarse a Persival... Me alegro de que tomaras su lugar... espero que seas mejor gobernadora sobre esta manada. Ya hemos sufrido mas de lo que deberíamos.
Gina comenzaba a despertar y pronunciaba mi nombre. Toqué su rostro con mi hocico y ella acarició mi blanco pelaje.
-¿Rompiste su cristal ¿Verdad?
Gina contenía en una de sus temblorosas manos un trozo de este que había quedado prendido en su pelaje.
-Contenía su alma. Hace tiempo que hizo un pacto con un brujo para que pudiera conseguir la velocidad que poseía.
Estaba totalmente sorprendida, pero por otro lado no me extrañaba que había sido capas de separar su alma a cambio de un dote, como la velocidad.
-¿Morgana? Perdón...
No podía comprender sus palabras ¿Por qué se disculpaba?
-Fue accidental, pero yo fui la que te mordió...
Lágrimas brotaba sin control de sus ojos y yo las enjuagué con mi nariz.
Ella sabía que la perdonaba.
Pero ahora tenía asuntos que atender luego de que Gina se recuperara.
Ahora la manada era mía...
Este es una foto muy parecida a Morgana, espero que les halla gustado esta historia, fue muy improvisada, y me gustaría saber que les aprecio :)

4 Gotas de agua:

See See Manshando dijo...

Eselenteeeeeee! muy buena la mini historia ^_^

Leo dijo...

Muy buenooooo!!! me encanto Val! me encanta la ficcion y mas si se trata de seres sobrenaturales...
Felicitaciones tenes que seguir escribiendo eh....
BESOTES!

Freak dijo...

Mmmm el de arriba es un colado JAJA. Boluda me encantó :) está buenísimaaaaaaaaaa y es original. TE FELICITO :) Y Morgana, está re buena JAJAJA TE ADORO ♥ :)

Anónimo dijo...

Me encantó, la escritura va contigo♥

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